Prosalus es una ONGD que trabaja desde 1985 por la promoción de la salud en Bolivia, Perú y Mozambique. Partimos de la convicción de que cualquier persona, por el hecho de serlo e independientemente de su raza, credo, sexo, nacionalidad, lugar de residencia, estado civil o cualquier otra circunstancia, tiene un conjunto de derechos que son universales, inviolables e inalienables, entre los que se encuentran el derecho humano a la salud, a la alimentación y al agua.



6 sept 2010

La semana de la cooperación 2010

Desde que en 2006 fuera aprobado por el Gobierno español el Estatuto del Cooperante, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, la Secretaría de Estado de Cooperación y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) celebran el 8 de septiembre en reconocimiento a la contribución de la cooperación.

La Semana de la Cooperación se desarrolla entorno a esta fecha, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la necesidad de mantener el compromiso internacional de la ayuda para el desarrollo. También trata de reivindicar el trabajo del personal cooperante, unas 1.600 personas que desarrollan su profesión, en más de 60 países, en la lucha contra la pobreza y la exclusión, en defensa de la paz y el desarrollo sostenible, y por el cumplimiento de los derechos humanos como la educación, la salud o la alimentación. Conciertos, ciclos de cine, exposiciones, debates, actividades infantiles, etc. tienen lugar durante esta semana en todo el territorio español y en el exterior.

Pero ¿qué significa ser cooperante? O mejor dicho, ¿cuáles son las cualidades que debería tener una persona que quiera dedicarse a la cooperación? Medicus Mundi-Navarra, en el número 30 de su revista “El Sur”, recoge un código deontológico o de conducta, del que destacamos las principales características.

La contraparte local debe ser la protagonista; debemos estimular su autoestima, valorando lo que ya existe, lo que hacen y lo que saben. La cooperación debe ser un encuentro de esfuerzos y de compromiso de quienes intervienen en el proyecto. Cooperar no es hacer donaciones y lo fundamental no es alcanzar un objetivo, si no el proceso para lograrlo, permitiendo incrementar la capacidad de la contraparte local y de la comunidad.

Es vital comprender la cultura local, para facilitar la comunicación; evitar el norte-centrismo, porque la imposición de una cultura como única y universal asfixia la biodiversidad cultural. Ni imponer, ni aceptar todo. “Una discusión entre alguien necesitado y otro que tiene una chequera no es horizontal". La desigualdad de poder entre la agencia de desarrollo y la contraparte es real, por eso hay que establecer reglas del juego aceptables y equitativas para ambas partes. Por tanto, el o la cooperante debe ser puente entre la contraparte local y el organismo al que representa.

El primer deber de la cooperación es trabajar conjuntamente en beneficio del desarrollo local, no competir por implementar el proyecto más exitoso. Y por último y lo más importante, hay que convencerse de que la finalidad de la cooperación es desaparecer una vez resueltas las necesidades básicas de las comunidades con las que trabajamos.

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