Prosalus es una ONGD que trabaja desde 1985 por la promoción de la salud en Bolivia, Perú y Mozambique. Partimos de la convicción de que cualquier persona, por el hecho de serlo e independientemente de su raza, credo, sexo, nacionalidad, lugar de residencia, estado civil o cualquier otra circunstancia, tiene un conjunto de derechos que son universales, inviolables e inalienables, entre los que se encuentran el derecho humano a la salud, a la alimentación y al agua.



26 abr 2010

Aynisuyu, principio de la reciprocidad

Si el viaje a Anzaldo parecía una aventura, el que realizamos con Aynisuyu al municipio de Vila Vila aún más. 5 horas y media para llegar a Sikimira y Sivingani, dejando a un lado el río Caine que conforme discurre se convierte en el río Madre de Dios, para terminar uniéndose al Amazonas, y atravesando el lecho del río…, lo que se traduce en una hora de botes dentro de la camioneta, que merecen la pena por el impresionante paisaje.


Aynisuyu defiende el principio de reciprocidad de la cultura indígena, por lo que desarrolla una metodología de aprendizaje que denomina capacitación en cascada. Consiste en seleccionar en cada comunidad una familia difusora (marido y mujer) que reciben capacitación tanto agropecuaria como en salud, recibiendo semillas y diversos materiales para desarrollar huertos familiares, piletas de agua multifunción, etc. así como capacitación en salud, favoreciendo la conformación de comités locales de salud. Cuando han terminado su proceso de aprendizaje, transmiten todos los conocimientos y comparten los materiales recibidos con otras 12 familias de base.

Nos reunimos con el comité local de salud quien nos explicó los principales problemas de salud: enfermedades respiratorias, como la neumonía, y las diarreicas u otras asociadas a la desnutrición. El programa del Gobierno Desnutrición Cero, promueve la creación de comités de salud municipales, pero Aynisuyu cree que es necesario bajar hasta las comunidades, para que su población se organice en los comités locales, permitiendo la coordinación con los centros de salud, para después elevar sus propuestas y necesidades a los comités municipales.

También visitamos los huertos familiares de varias familias, donde pudimos apreciar una gran variedad de verduras y hortalizas y experiencias piloto como las piletas para la cría de peces carpa.

Al día siguiente visitamos el municipio de Alalay, a casi 4.000 metros de altura, donde cada núcleo familiar está bastante disperso, separado por grandes lomas donde desarrollan sus huertos, piletas y realizan trabajos para la siembra de agua, tan escasa en la zona.

Han sido dos días intensos, que hemos compartido con nuestro socio local, Aynisuyu y con las familias que nos han acogido y nos han invitado a probar sus productos. Viven en condiciones extremas, pero impresiona y motiva la fuerza y la ilusión con la que continúan trabajando para salir adelante.

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